jueves, 23 de junio de 2022

El Doctor Cataplasma

 

El Doctor Cataplasma es una serie de de Martz Schmidt (1922-1998)
Con Cataplasma tenemos una vez más la fórmula del personaje chiquitín con un personaje grandote como contrapunto. En este caso, el contrapunto es rollizo y de color. De color negro. Panchita. No se podía conseguir algo tan contrapuesto. De hecho, a partir de entonces, Schmidt repitió esquema, y a un hombrecito de largas barbas (blancas o negras) contraponía un personaje que abultaba mucho más, y cuyos caracteres entraban en conflicto.
Panchita, el personaje secundario más popular de Martz Schmidt y, posiblemente, uno de los más queridos del tebeo de humor español, la criada negra al servicio del Doctor Cataplasma.
En 1984, en una entrevista que Manuel E. Darias le hizo al historietista, éste contó lo siguiente: "La noche de San Juan en Alicante, el 24 de junio de 1982, fui invitado por la Comisió de la Foguere de la Plaza Calvo Sotelo, a asistir a la cremá de la falla erigida en honor de mi Doctor Cataplasma, obra monumental que llevaba el título de "Los sueños del artista para con los niños". Cuando empezaron a arder los ninots y, entre ellos, Cataplasma en talla central, una niña del público gritó: "No han puesto a Panchita, que es la que más me gusta! ;Me alegro que no arda mi negra!"
Cataplasma comienza su andadura en 1953, en el nº 1138 de la revista Pulgarcito, aunque posteriormente, como toda serie de éxito, se publicaba y re-publicaba en cualquiera de las revistas de la editorial.
La relación entre Panchita y Cataplasma se basa en la contraposición de caracteres. Además, tienen un extraño vínculo que se repite en casi todas las series de Bruguera en las que interviene una dupla que incluye a algún empleado doméstico. Ocurre con Patson y Sir Tim, con Pascual, con Petra y doña Patro, con Rigoberto y… Viven juntos, tienen una relación casi familiar y el empleado jamás cobra y permanece fiel a su patrón a pesar de esta circunstancia, lo que no impide que periódicamente reivindique su derecho salarial. El ámbito en el que desarrollaban estas historietas era siempre el doméstico.
En las historietas de Schmidt en general, y de Cataplasma en particular los fondos tienen fondo. Tienen profundidad. El suelo no es una línea recta o la parte inferior de la viñeta. Y además utiliza la profundidad de campo para crear atmósfera. Esto que debería ser lógico y nada digno de mención en la obra de un dibujante profesional tiene su relevancia por lo innovador que resulta verlo en producciones de la editorial Bruguera. Y mucho tendrá que ver el que Schmidt hiciera sus cositas en el campo de la escenografía. Salvo excepciones, no habría ningún dibujante que diera ese protagonismo a los “decorados” hasta la llegada de Raf.
Las historietas de Cataplasma eran auto conclusivas al más típico estilo brugueriano, con su presentación, nudo y desenlace basado casi siempre en el chasco o la confusión.
Destacaba como personaje secundario la señora Eduvina Millonetis, la principal fuente de ingresos del doctor, quien no dudaba en “prolongar” la duración de la enfermedad de su rica paciente con tal de seguir cobrando, así como seguirle la corriente y estar al tanto de cualquiera de sus caprichos.
Cataplasma llegó a tener revista propia entre 1978 y 1981. "Super Cataplasma" fue el último de los tebeos de Bruguera que utilizó el prefijo "super", y uno de los más efímeros junto a "Super Carpanta" (1977-1981).






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