domingo, 29 de mayo de 2022

La debacle de Bruguera

 

Palabras de Ibáñez sobre la debacle última de Bruguera:
"Cuando llegaron aquellos terribles últimos tiempos, cuando la tesorería andaba a cero, no se pagaba a nadie; mejor dicho, sí, cobraba el personal, los proveedores, el gato tenía allí su comidita, vamos que cobraban todos menos los colaboradores. Aquello me molestó mucho, porque Bruguera tenía muchas publicaciones que eran deficitarias y todo se cubría con los ingresos de "Mortadelo", que era un río de oro"
"Cuando les confirmé que me iba yo, de hecho ya había firmado un contrato con Grijalbo, pero intentaba salvar lo que podía. Al final les dije: "Aquí os quedáis, porque lo que me habéis hecho no tiene nombre, es una vergüenza""
Jesús de Cos rememora aquellos turbios tiempos:
"La marcha de Ibáñez se vivió con gran inquietud. Es evidente que él tenía razón y no fue nada bonito que Bruguera retuviera los personajes alegando que eran sus marcas y cabeceras. Es un tema un poco delicado porque por otro lado había una empresa con cientos de trabajadores que se iba al garete y sentía que su principal estrella los dejaba en la estacada. No era así, Bruguera seguramente estaba perdida de todos modos e Ibáñez era otra víctima que intentaba defender sus derechos"











Los amigos de Agamenón

 

En las historietas de Agamenón, serie de Nené Estivill, de la que ya os he hablado en alguna ocasión, además de todos los lugareños típicos de un pueblo español de los 60, nuestro protagonista tiene amigos de su quinta, con los que comparte en muchas historias los robos frutales en el huerto del tío Nemesio, de los que casi siempre salen escaldados, juegos bestiajos y demás correrías de los mozos. Anfrodisio, bajito y con una gran boina es, seguramente, su mejor amigo y el que más aparece en la serie y suele preocuparse por los problemas de Agamenón que o bien acaban a porrazos, o con el amigo machacado y diciendo aquello de "¡m'as matao!".
También está Ulpiano, alto y de gran barbilla, o Manolón, con su extraño sombrero o lo que sea, aunque este último suele tener menos participación.
Compañeros también en la escuela, comparten sus preocupaciones por lo mal que se les da meter conocimientos en sus molleras, trucos para no realizar las labores campestres con sus padres, se hacen favores que más valdría no pedir a alguien tan burro como Agamenón. Agamenón, gracias a la escuela, supone el sustento de los cultivadores de calabazas de la región por sus malas notas.
¿Y qué ocurre con las otras calabazas? Porque a Agamenón le tiene “priocupao” lo que piense de él la Belorcia, que es la moza por la que Agamenón bebería los vientos, si supiera lo que significa tal expresión. A él le gusta la Belorcia y basta, ¡ridiela!





lunes, 2 de mayo de 2022

Tribulete y el estraperlo

 

El estraperlo era una actividad ilegal que consistía en comerciar con artículos intervenidos por el Estado o sujetos a tasa; se aplicó especialmente al comercio de productos racionados posterior a la Guerra Civil Española.
La palabra Estraperlo proviene de Straperlo y ésta deriva como acrónimo de Strauss y Perlowitz (en algunas fuentes aparece tan solo como Perlo), dos socios de origen holandés que en época de la Segunda República trajeron a España una ruleta eléctrica. Bruguera no fue ajena a esta práctica y lo reflejó en alguna historieta, como en esta de "El reporter Tribulete" Todavía la censura no metía mano en los tebeos infantiles.