Con apenas 18 años, Vázquez llevaba ya uno dibujando para la revista" Pulgarcito", logrando cierta notoriedad, tras haber mentido sobre su edad real para que se le admitiera en la editorial, en 1948. Era la segunda vez que llegaba a Barcelona, pues cuenta que ya estuvo allí a los 9 años, tras escapar de su casa, adonde le llevaron de regreso poco menos que de las orejas. Conociendo la leyenda de Vázquez y habiéndole oído hablar y contar historias, es posible que esto sea un cuento chino, pues entonces era el año 1939, recién acabada la Guerra Civil Española, y a ver que pintaba un niño de tan tierna edad viajando de Madrid a Barcelona, por muy Vázquez que fuera. Antes de llegar allí, digamos que por segunda vez, Vázquez ya llevaba desde los 12 años, según cuenta, haciendo sus pinitos por Madrid, hasta que decidió que debía trabajar en la editorial más importante, la cual resultaba ser Bruguera. Les envió unos dibujitos que le fueron devueltos con comentarios tipo “no está lo suficientemente maduro pero promete” o “tiene que pulir algo más el trazo”. Entonces dejó esperar un tiempo, en el que los dibujos estuvieron circulando por otras editoriales, como la Editorial Valenciana, y los volvió a enviar a Bruguera. Esta vez le contestaron que era de lo mejor que habían visto en mucho tiempo y le hicieron un hueco al lado de los 5 grandes y compañía.
Allí comenzaba la leyenda, con la primera “colada” a la editorial. (La segunda fue mentir sobre su edad).
En una entrevista en 1977 en Diario de avisos que le hizo Manuel E. Darias, decía:
"Todavía me sigue ocurriendo. De vez en cuando, en Bruguera me cogen una historieta y me dicen: "Hombre, parece mentira que haga usted esto, con los años que lleva dibujando, las figuras están deprisa, mal. Mire, corríjame esto y esto". Entonces yo me voy, me tomo un café, dejo pasar un poco de tiempo y vuelvo con la misma historieta. "¿Lo ve? Esto es bueno. Si cuando quiere trabaja bien"".
Trabajó en un principio dibujando chistes por correspondencia, desde Madrid y con esporádicos viajes a Barcelona teniéndose que costear el alojamiento, quien sabe si al inimitable estilo Vázquez. Finalmente acabó instalándose en Barcelona.
Posiblemente Vázquez fue el creador de personajes más fértil de la historieta española (dicen que más de 60), así como uno de sus más grandes creadores, todo un genio… y figura. Ya comenzaba a mostrar por entonces una comicidad vertiginosa, muy propia del cine mudo cómico, capacidad para contar historias con los dibujos, no sólo con el guion ilustrado y un tipo de comicidad del absurdo y de destrucción de la lógica muy parecida al que se estilaba en la revista "La Codorniz". No en vano, su padre era amigo de Jardiel Poncela y Wenceslao Fernández Flórez.
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