Los quioscos de todo el país, estaban llenos de revistas y tebeos de la Bruguera. Contaba con unos dibujantes y guionistas de primera.
En los años sesenta se modernizó la empresa: se compró nueva maquinaria de impresión tipográfica y de encuadernación y se inició la impresión en huecograbado con su primera rotativa.
Se hicieron populares las primeras colecciones literarias, editadas en formato de bolsillo a precios baratos y colecciones de cromos basadas en las producciones cinematográficas del momento: Los Diez Mandamientos , Ben – Hur, Sissi, Sissi Emperatriz …
Muchas familias del Coll, Vallcarca, Carmelo, y la Taxonera, ensobraban los cromos escuchando la radio para completar los sueldos.
La red de distribución de la Editorial Bruguera era excelente. Tenía delegaciones en Madrid, Bilbao, Valencia, Sevilla, La Coruña, Barcelona y provincia. También tenía mucho interés en llegar lugares donde las demás editoriales no tenían distribución.
Por motivos logísticos se inicia la construcción de una nueva planta industrial en Parets del Vallès. En 1974, los trabajadores que vivían en el Coll o los barrios de alrededor, tenían que desplazarse con el servicio de autocares contratado por la empresa.
Los edificios del Coll se emplearon como almacenes de devoluciones, centro de cálculo, administración, delegación de Barcelona hasta que, por causas poco claras, se quemó una rotativa y buena parte de una de las naves, con el consiguiente coste añadido para una empresa que ya empezaba a mostrar señales de agotamiento.
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