Petra, criada para todo

Escobar será siempre recordado por sus creaciones más populares, Zipi y Zape y Carpanta, pero de bastante importancia en la obra de este autor, estaba Petra, criada para todo. Se trataba de otra historieta costumbrista, fiel reflejo de una realidad social de la época: las criadas internas que convivían con sus patrones para realizar todo tipo de tareas domésticas. Era muy común que muchachas de pueblo emigrasen a las grandes ciudades para servir en casas pudientes, ahorrando así a sus padres una boca que alimentar, y ganándose de este modo un mísero jornal. En multitud de películas habrán visto a grandes actrices como Gracita Morales o Rafaela Aparicio, interpretando a este tipo de "chachas"; o en series de más reciente cuño como "Medico de Familia", a la popular "Juani", interpretada por Luisa Martín.

Petra era una pueblerina tartamuda y algo simplona que servía en casa de una mandona solterona, Doña Patro, continuamente enfrentadas por las "ocurrencias" de Petra y los "mandados" de su señora. Petra vestía el típico uniforme almidonado y con cofia de las criadas y su deseo era volver a su pueblo con fortuna. Las meteduras de pata de Petra, las confusiones en los recados y algún intento de sisar o "escaquearse" de sus labores, eran la base de estas simpáticas historietas. Además Petra, junto con Pascual, mayordomo ideal de Nadal, encabezan un arquetipo de personaje muy del gusto de la Escuela Bruguera (los criados y mayordomos) con personajes como Patson en Sir Tim O´Theo de Raf; Panchita en el Doctor Cataplasma o el menordomo Braulio en Deliranta Rococó, ambos de Schmidt.

Escobar dijo en algunas entrevistas que había sacado el personaje de una muchacha llamada María que conoció con 14 años cuando trabajaba de repartidor en la oficina de telégrafos de Granollers; en el mismo local se hallaba la oficina del Jefe de Servicio y su vivienda y la "chacha" era una chiquilla de 14 años también, que era de un pueblo de Huesca. Entablaron amistad y ella le contaba anécdotas de su pueblo. Cuando Escobar se trasladó a vivir a Barcelona, perdió contacto con María, pero su recuerdo perduró y cuando la editorial le solicitó un personaje nuevo, apareció Petra.