miércoles, 15 de abril de 2020

Los 5 "rebeldes" de Bruguera



En 1957, la Editorial Bruguera era una de las empresas de tebeos más importantes de España. Colaborar con Bruguera era tener trabajo fijo y bien pagado, pero sacrificar derechos y convertirse en obreros de la viñeta.

Francisco González Ledesma, abogado de Bruguera en aquellos años, reconoce que se sentía responsable de los contratos injustos con cesión de derechos sobre los dibujos y otras barbaridades.

Y los “cinco grandes” de Bruguera, es decir Escobar, Peñarroya, Cifré, Conti y Gin, decidieron “rebelarse”, abandonar la editorial y establecerse por su cuenta en ese año.

Fundaron D.E.R. (Dibujantes y editores reunidos) y así nació la revista “Tío Vivo”.

Con ellos, aunque no se suele mencionar en los "titulares", se fue también Enrich, que creó para esta revista a uno de sus más conocidos personajes: "El caco Bonifacio", que primero fue una viñeta humorística y después pasó a tener página propia. Según ha dicho Enrich en alguna ocasión "El caco Bonifacio" ha sido su personaje favorito. 

Cuando cuatro de los fundadores de "Tío vivo" regresaron a Bruguera, Enrich se encargó de la dirección artística de la revista a partir de 1958 hasta que esta fue adquirida por Bruguera.  

Eran buenos dibujantes, pero gestionar una empresa era otra cosa.
Los 5 "rebeldes"



Portada del primer número de "Tío Vivo"
Bruguera, que controlaba distribuidoras y quioscos, tenía muchas armas para hundir Tío Vivo y en esa época no era suficiente con la valentía de los autores, ni con la calidad de una revista. No era fácil luchar contra el gigante editorial, ni las zancadillas de los distribuidores.

No fue sencillo convertirse no solo en autores si no en coordinadores y directores de una publicación.

Como los derechos de sus personajes los tenía Bruguera, tuvieron que crear otros nuevos como el mencionado "Caco Bonifacio" de Enrich; Escobar crearía al "Profesor Tenebro" o "Blasa, portera de su casa", Cifré haría lo propio con "El Mago Megatón" o "La adormilada vida de Golondrino Pérez", Peñarroya creó "La Familia Pi", muchos parecidos a sus criaturas "Bruguerianas" pero con el soplo de la novedad (y no ser iguales a aquellos, por si las moscas)

Total, que el sueño duró apenas un año y salvo Giner, los otros cuatro, como ya he comentado más arriba, volvieron al redil “brugueriano” donde se les esperaba (no se podía desperdiciar tanto talento) retornando a sus mesas de dibujo y a sus personajes, los antiguos y los creados para “Tío Vivo”

En el número 146 de Tío Vivo, en 1960, la publicación es adquirida por Bruguera, quien añade a todos los dibujantes con los que ya contaba la revista a Jorge, Segura y Vázquez.

En 1961 Bruguera reinició la numeración, iniciando así una nueva etapa que se prolongará hasta 1981, con un total de 1042 números.

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