Sir Tim O´Theo, a diferencia de los principales y más grandes personajes de la editorial Bruguera, nace con una diferencia que le hace aún más atípico dentro del mundo de la Escuela Bruguera. Mientras que Anacleto, Zipi y Zape, Don Pío o Mortadelo y Filemón alcanzan su cénit tras una relativamente larga evolución, mostrando un progreso que va definiendo los personajes y la historia, Sir Tim aparece ya casi totalmente definido y evolucionado, tanto temática como estilísticamente. Raf era un dibujante muy experimentado y llevaba suficientes años como para presentar un producto terminado. Quizás lo que impidió a la serie alcanzar el éxito que merecía fue esa exquisitez que la situaba por encima de la media, el no buscar el chiste fácil (la mayoría de las veces, que de todo hay), y algo que la separaba del resto, más brugueriano y hecho para lectores bruguerianos. Y también la propia Bruguera, que apropiándose como no podía ser de otra manera de los derechos, impidió a Raf, en cuanto pudo encontrar aires más sanos, seguir dibujando las historias del detective británico y sus paisanos.
El elenco de habitantes de Bellotha Village y aledaños, así como forasteros es tan extenso como variopinto, y conforma un universo único dentro de los tebeos publicados por Bruguera en lo que se refiere a continuidad, pues un personaje aparece en una historieta, y si reaparece lo hace mostrando coherencia con lo que ya se había mostrado anteriormente. Una excepción, cuya explicación se me escapa, sería la de uno de los principales secundarios, valga la contradicción. El sargento Blops aparece casado con alguna que otra señora que no muestra continuidad cuando se muestra este hecho, se supone que “por exigencias del guion”, al tratarse de un personaje anecdótico. Es decir, es un personaje que aparece porque la historia así lo demandaba. Pero Blops es soltero en la mayoría de las historias, o al menos no aparece la necesidad de hacerle parecer casado. Ni siquiera para el típico juego del marido que pasa demasiado tiempo en el “Ave Turuta” descuidando sus deberes conyugales, causando la justa ira de su desamparada esposa. Para eso ya tenemos al burgomaestre.
El “Ave Turuta” sería un centro de reunión del pueblo, un escenario recurrente, lo cual le viene de perlas a Huggins, quien ha de ganar “money” gracias al papel que le toca desempeñar a su Pub, aunque sea a costa de Patson. Huggins, como extensión de “El ave turuta” hace de elemento aglutinador de la población “bellotavillense”. También hace de “recepcionista” de forasteros, pues al pub se dirigen los recién llegados para interesarse por aspectos locales como alojamiento, sanidad, acuartelamiento de la “police”… Huggins oye a veces más de lo que debe, y como buen ciudadano, va a dar cuenta de conversaciones presuntamente pro delincuenciales o de individuos de sospechosa catadura, lo que de vez en cuando, en virtud del gag tipo “confusión al escuchar algo fuera de contexto”, le causa no pocos problemas.
El soplón oficial del lugar es un individuo esmirriado, con descuidadas guedejas, vestido con un traje de baratillo y tocado con una gorra que atiende al nombre de Chy Watto, cuyos soplos son también fuente de confusiones y sonados fracasos.
También está afincado en Bellotha Village un científico escocés bajito, tocado con la típica boina escocesa (conocida como Glengarry Bonnet), tan sabio como tacaño. Mucho más que el Sir, el Profesor McGuillicudy
Y si Huggins actúa de recepcionista extraoficial de Bellotha Village, quien primero tiene noticias de que alguien se aproxima atravesando la campiña es “Foody”,cuidador y criador de cerdos ataviado como tal, incluido un enorme sombrero, posiblemente de paja, y que parece ser el único representante del campesinado del pueblo.
Volviendo a Blops, en alguna que otra historia aparece residiendo en una pensión, con su patrona y todo, lo que sugiere definitivamente que se trata de un soltero (ya solterón) que aún no ha sido cazado para sentar la cabeza por ninguna dama. Parece ser que una de sus pretendientes fijas es la hermana de su subordinado, Pitts, lo que supone una fuente de conflictos. No sólo por la relación del que llegado el caso sería su cuñado tipo jefe/subalterno, sino porque la hermana de Pitts es ferviente activista del puritanísimo Ejército de Salvación, cuyos principios son incompatibles con una de las mayores aficiones del sargento, o sea, el trasiego de pintas de cerveza negra. Blops, que es considerado literalmente por muchos como un "tarugo", muestra una afición desmesurada hacia la lectura de novelas de ciencia ficción, concretamente aquellas que tratan de invasiones extraterrestres, lo cual, además de apasionarle, le crea ansiedad y desasosiego. Esto le causa bastantes sustos, y es motivo de numerosos argumentos de historietas en las que Blops se deja influenciar por la sugestión que le producen esos libritos. Si unimos la “taruguez”, la superstición y la afición a desertar de su puesto en la Police Office para asentarse en “El ave turuta”, el resultado es una de las causas principales para que Blops no logre obtener nunca lo que es su máxima aspiración profesional: el ingreso en Scotland Yard. Y motivo para que el Burgomaestre le castigue arrancándole pelos del bigote...
Desde el edificio del New Scotland Yard (en Westminster, y que es realmente igual que el verdadero edificio), las peticiones de ingreso de Blops son rechazadas una y otra vez por sus superiores. Más concretamente por el capitán Keyasaben (conocido también como capitán Key).
Scotland Yard es el nombre con el que se conoce a la Policía Metropolitana de Londres. Durante 1662, los agentes de policía se reunían a descansar en las dependencias traseras de un castillo medieval. Dicho castillo sirvió de alojamiento durante la época anglosajona a los reyes escoceses cuando visitaban Londres, aparte de ser acuartelamiento para sus escoltas. De ahí que se conociera con ese nombre al lugar, el cual se extendió por asociación a los policías que allí se acuartelaban.
Lo que realmente separa a Blops de su ansiado ingreso es la resolución de un caso de empaque, tarea imposible, ya que Blops es, repetimos, un tarugo, y el Sir está permanentemente adelantándose al pobre policía. Esto lo observa el capitán Key, que seguramente oculta bajo su adusto aspecto varios suspiros de satisfacción por este hecho. Uno de ellos es sin duda provocado por la inestimable cooperación de Sir Tim con la autoridad policial que el capitán representa. Y sospecho que el origen del otro es que las intervenciones del Sir postergan sine die un temido ingreso del zoquete de Blops en la institución policial que Keyasaben capitanea.
El capitán Keyasaben es un tipo grueso y con bigote, y tiene un carácter bastante dictatorial. Quien sufre directamente este carácter, y a diario, es el teniente Nosey, un policía delgado y también bigotudo, que da la impresión de ser más secretario que teniente. Nosey viste con uniforme de policía, distinguiéndose (aparte de por los galones) de sus subordinados por llevar gorra de plato. Keyasaben, debido a su rango, viste de paisano. Pero de paisano policial. Esto es, un traje gris, corbata negra, y sale al exterior cubriéndose con un típico sombreo de ala ancha como los de las películas de policías y una gabardina no menos policial.
El Sir tiene una pretendiente, una aristócrata del lugar, bastante adinerada y enjoyada, viuda de un ex coronel del ejército que está deseando volver a contraer nupcias: Lady Margaret Filstrup, célebre por sus aburridísimas fiestas y de carácter muy jovial al tiempo que estridente, siente cierta atracción por Sir Tim, pero Sir Tim rehuye todo asomo de romance con la dama, o todo lo que su caballerosidad británica le permite. Por otro lado, Blops siente atracción por Lady Filstrup, por lo que esta competencia, que no es tal, sería otro punto a sumar en la cordial enemistad entre el Sir y el Sargento y en la inquina que el funcionario policial siente hacia el habitante de “The Chimes”. Lady Filstrup es aún más tacaña que Sir Tim. Residente en la propiedad vecina a “The Chimes”, llamada “Old Castle”, tiene a su servicio a un mayordomo, de nombre Perkins, que al igual que Patson, tampoco cobra un penique por sus servicios. Lo que ocurre es que Perkins es un fantasma. A efectos alimenticios sufre menos que Patson… En el caso de Perkins, su uniforme se limita a la parte superior, al carecer de pies por ser una sábana.
En el británico mundo de Sir Tim, los fantasmas solo pueden ser vistos por los nobles y personas de notable inteligencia. Esto mete a Sir Tim en ambos grupos y a Lady Filstrup en el de los nobles. El pobre Patson, hombre de acción, no es noble y por eso no ve a Mc Latha
Aunque sea sobrino adoptivo del Sir, el niño japonés Nikito Nipongo, tampoco es noble, aunque sí que posee una notable inteligencia. Aparece por vez primera en 1977 con su nombre de chiste y habita durante un tiempo en “The Chimes” colaborando en algunos casos. Va vestido habitualmente con uniforme escolar (británico). Puede ver a Mac Latha y demás espectros. Y ni es noble ni tiene inteligencia notable; de hecho, nos volveremos a referir a él como “tarugo”. Blops sí que puede ver a los fantasmas, y la sola visión de Perkins le ha disuadido en numerosas ocasiones de llevar a cabo sus requiebros a Lady Filstrup. Aunque a Mc Latha no le ve.
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