viernes, 19 de agosto de 2022

Mortadelo y Filemón olímpicos

 

Mortadelo y Filemón han estado en casi todas las Olimpiadas. Aunque la Olimpiada más mítica de los dos agentes, a mi parecer, sigue siendo la "O limpiada con bayeta, o limpiada con estropajo, relucirá su cazuela, con detergente Cascajo", o sea, la de Gatolandia , que en realidad se titulaba “En la Olimpiada” de 1972 que se renombró "Gatolandia 76" en dicho año y así no se perdió la continuidad de la serie. Luego irían a la de Moscú en el 80 y a Los Ángeles en el 84, la última de Bruguera. A Seúl, en el 88 ya fueron con Ediciones B.
En la de Barcelona 92 tienen que evitar que los terroristas de la T.E.T.A. (Terroristas Euro Trans Atlánticos) hagan de las suyas en unos JJOO que les cogen tan cerca, e Ibáñez ya comienza a caricaturizar figuras de actualidad convirtiéndolas en parte de las aventuras de sus afamados personajes. En esta aventura salen los políticos que estaba entonces en el ajo, o sea, Felipe González como presidente del gobierno, Jordi Pujol como president de la Generalitat de Catalunya, Pasqual Maragall como alcalde de Barcelona y Narcís Serra como vicepresidente del gobierno , que se disputan a mordiscos y golpes el sitio de honor en el palco Olímpico. Jose Mª Aznar, entonces en la oposición, era víctima de la protección de Mortadelo y Filemón, con los resultados habituales. Ya sabéis, si hay que eliminar a alguien (como al Rana), no lo conseguirán hasta que haya que protegerle. ¿Por qué el Súper no les encarga entonces cargarse a aquel que en teoría tienen que proteger?
También salen personajes de la actualidad política de entonces, como Juan Antonio Samaranch, Presidente a la sazón del Comité Olímpico Internacional; George Bush padre, François Mitterand, Helmut Kohl, Mijail Gorbachov, el Papa Juan Pablo II… y también localiza geográficamente la ciudad, haciendo reconocible Barcelona al retratar sitios tan emblemáticos como la Sagrada Familia, la Pedrera o la Estatua de Colón. No en vano, Ibáñez es de Barcelona.
En Atlanta 1996, se enfrentan al integrismo islámico; en Sidney 2000, tratan de desenmascarar corruptos; en Atenas 2004 tratan de defender los Juegos de los Talibañez (una versión pobretona de los talibanes), en Pekín 2008 llegan a la ciudad olímpica huyendo, precisamente, de los Juegos. En Londres 2012 vigilan la austeridad de unos Juegos en plena crisis económica donde las medallas son chapas de refresco y en Río 2016 tratan de descubrir a otro saboteador, vuelven para ello a competir aunque en el equipo de Burrolandia ya que el equipo español se niega a levantarles el veto.
Y por fín, también han estado en Tokio 2020.



















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