Marcial Lafuente Estefanía vendió más de 50 millones de novelas del oeste.
Marcial Antonio Lafuente Estefanía nació en 1903 en Toledo. Estudió ingeniería de caminos, canales y puertos, profesión que ejerció en España, África y América. Su trabajo le llevó a recorrer este último continente entre 1928 y 1931, especialmente los Estados Unidos, donde parece ser quedó impactado con el genocidio de los indios nativos, lo que le sirvió luego para ambientar sus historias, cuyos detalles y localizaciones parece ser, según los expertos en el tema, que están rigurosamente documentados.
Al estallar la guerra civil, Marcial tomó partido por el bando republicano, luchó como voluntario en el Ejército Popular, entre el 5 de marzo de 1938 y el 28 de marzo de 1939, fecha en que se entregó a los franquistas en Ciudad Real, cuando la guerra ya estaba decidida. Fue condenado a pena de muerte, pero gracias a los testimonios de varios alcaldes franquistas, que salieron en su defensa, se rebajó la pena a 20 años de cárcel y luego a prisión atenuada en su domicilio.
En los dos años y medio que estuvo en la cárcel, comenzó a escribir, para matar el tiempo, aprovechando cualquier trozo de papel que pudiera conseguir, incluyendo el higiénico.
Eugenio Barrientos, dueño de la librería Tetilla y fundador de la editorial Cíes de Vigo, le dio su primera oportunidad al salir de prisión, reclutándolo en su nómina de escritores a granel, fundamentalmente hombres procedentes del bando republicano que no sólo perdieron la guerra, sino también su anterior medio de ganarse la vida y en la mayoría de los casos, su nombre auténtico, viéndose obligados a adoptar seudónimos para poder trabajar. Para Cíes escribió inicialmente novelas policíacas y románticas.
Al empezar a trabajar para Bruguera, comenzó a publicar ya siempre novelas del oeste con las siglas M. L. Estefanía, convirtiéndose en uno de los principales activos de la editorial, y mucho más adelante, cuando se descubrió su verdadera identidad en los años 70, con su nombre completo, Marcial Lafuente Estefanía.
Tras la quiebra de editorial Bruguera en 1986, Ediciones B continuó reeditando muchos de sus títulos, que siguieron teniendo una excelente acogida, curiosamente, en el mercado hispanoamericano y en el norteamericano. Los herederos de don Marcial resucitaron en Alicante la editorial Cíes, donde publicaron títulos antiguos y las nuevas creaciones de esa franquicia familiar. Pero la experiencia no resultó muy positiva: en España, ya se había pasado el tiempo de la literatura popular (sobre todo, por el predominio de la radio y las series de televisión en la década de los setenta y ochenta) y en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos, se encontraron con editoriales que se han hecho de oro con ediciones piratas de las novelas de Marcial Lafuente. Ahora mismo, los grandes consumidores del western hispánico son los latinos de Estados Unidos. Una de estas editoriales, Brainsco, con pleitos con los herederos de Marcial Lafuente, ha sacado ediciones de hasta 200.000 ejemplares.
Para la escritura de todas sus novelas recurría a tres libros en particular: una obra muy completa de historia de Estados Unidos, un atlas muy antiguo de este país, donde aparecían los pueblos de la época de la conquista del Oeste, y una guía telefónica estadounidense en la que encontraba los nombres de sus personajes.
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