miércoles, 31 de marzo de 2021

Escobar, uno de los grandes de Bruguera.


Que decir de Josep Escobar I Saliente... Hay escritas biografías enteras con la vida y obra de este "ninotaire" (como él gustaba de llamarse), pero en este caso, yo le deico una entrada en este humilde blog.
Nació en Barcelona el 22 de octubre 1908 por lo que fue de signo libra, o "balanza", como decía él.

Escobar, de niño.



Durante los años de la primera guerra mundial, a su padre, funcionario de Correos, le destinaron a Granollers y Escobar empezó a trabajar con 12 años en la delegación de Tabacalera de Granollers y allí cogió el vicio de fumar que le acompañaría toda la vida.
Posteriormente entró a trabajar en una farmacia y a los 14 años era repartidor de Telégrafos. En 1925 aprobó unas oposiciones a Correos, llegando a ser interventor en la estafeta de Granollers en 1926. En los años veinte, y simultaneando su trabajo en correos, Escobar se unió a una compañía de teatro aficionado y en la década de 1930 colaboró en varias revistas como Papito, Pichila y TBO.
Al finalizar la Guerra Civil, Escobar fue "depurado" por sus ideas republicanas, despedido de Correos y juzgado por trabajar como dibujante en un semanario satírico llamado L' Esquella de la Torratxa. El fiscal creyó que dibujar en L'a Esquella de ña Torraxa era como ser de la Torrassa, un barrio barcelonés conocido por ser un reducto de simpatizantes de la FAI (Federación Anarquista Ibérica). 
Escobar fue condenado a seis años y un día, pero salió de la cárcel al cabo de un año y medio.
 Como él mismo contaba: "En la cárcel me pusieron en la sección de paquetería, situación que daba derecho a ir por todas las galerías. Yo iba con una carpeta, y aprovechaba esta movilidad para hacer caricaturas a quien le interesaba, que cobraba a tres pesetas a una sola tinta y a cinco las que hacía en color".
 Estos dibujos no iban firmados con su nombre, sino con el pseudónimo de Rebec (en catalán, travieso).







Tras la reaparición de la revista Pulgarcito en 1947, Escobar entró a formar parte como colaborador en la revista. En esta publicación creó algunos de sus personajes más famosos como los gemelos Zipi y Zape, y el eterno hambriento Carpanta, símbolo de las penurias económicas de la posguerra española, al que tuvo que "suavizar" e incluso hacer que alguna vez comiera porque según la censura "en la España de Franco no se pasaba hambre"






Carpanta tuvo serie en TVE







Escobar, con su creación.








Su creación más popular: Zipi y Zape.



Durante los años cincuenta creó otras series de humor como Doña Tula, suegra (1951), la cual fue censurada por atentar contra la "indivisibilidad del matrimonio", con lo que dejó de dibujarla, porque no quería cambiar su esencia.
En 1954 creó la historieta Petra, criada para todo.

Petra, con Carpanta


Escobar se marchó de Bruguera para fundar el Tío Vivo, junto con  otro cuatro "grandes" de Bruguera, Gin, Peñarroya, Conti y Cifré y en esta revista publicó sus  series Blasa, portera de su casa, el mago Assieres, el profesor Tenebro y Doña Tomasa con fruicción, va y alquila su mansión. 
Al final, Bruguera absorbió a Tío Vivo y Escobar y todos esos personajes volvieron al redil "brugueriano"
Allí, continuó creando nuevos personajes, como Filomeno y su taxi Genovevo, Don Óptimo y Don Pésimo, Toby y Plim el magno.



Escobar y algunos de sus "hijos"










Con 80 años, aún seguía dibujando y cuando desapareció la Editorial Bruguera, en 1986, al tener problemas con sus derechos de autor, creo los personajes Terre y Moto, hermanos, para la revista "Guai!"




 A principios del año 1994, Escobar fue ingresado en una residencia de ancianos tras sufrir una embolia y padecer demencia senil. Aún sus hijos le decían que llevaban sus dibujos a la editorial, para que estuviera tranquilo, aunque ya solo dibujaba garabatos.

Escobar nos dejó el 31 de marzo de ese mismo año, pero su legado perdura entre todas las generaciones que crecimos con sus historietas, gracias en parte a uno de sus nietos Sergi Escobar i Sastre, que se esmera en que esto sea posible.

Como esta solo es una entrada de un blog pequeño, sé que se han quedado muchas cosas en el tintero, aunque en otras entradas, hablo de alguna cosilla más de él, pero espero que os haya parecido interesante.








sábado, 13 de marzo de 2021

"El invierno del dibujante" de Paco Roca

 

Desde que hace ya unos años, me dio por querer ahondar en el universo de la Editorial Bruguera, he ido descubriendo muchísimas cosas que cuando eres niño obvias por la edad, básicamente y porque en esos tiempos, solo estás preocupado de pasarlo bien leyendo a tus personajes favoritos.

Y uno de los descubrimientos más gratos para mi, fue esta historia en forma de "novela gráfica" del gran dibujante Paco Roca, en la que con todo lujo de detalles, nos cuenta la espantada y vuelta al redil de "los cinco grandes de Bruguera".

Ya he hablado de ellos en otra entrada de este blog, los cinco grandes eran Escobar, Conti, Giner, Peñarroya y Cifré, los cuales hartos de las condiciones de trabajo que tenían en la Editorial Bruguera, decidieron rebelarse y marcharse para fundar su propia revista.

Fundaron D.E.R. (Dibujantes y editores reunidos), se asociaron con la agencia publicitaria Crisol, y así nació la revista “Tío Vivo”.

La agrupación DER ha sido tradicionalmente considerada como un sello editor pero nunca figuró como tal en los tebeos. Sin embargo, Crisol se acreditaba como distribuidor e impresor en los primeros números de Tío Vivo y, más tarde, como sello editor.

Eran buenos dibujantes, pero gestionar una empresa era otra cosa.

Bruguera, que controlaba distribuidoras y quioscos, tenía muchas armas para hundir Tío Vivo y en esa época no era suficiente con la valentía de los autores, ni con la calidad de una revista. No era fácil luchar contra el gigante editorial, ni las zancadillas de los distribuidores.

No fue sencillo convertirse no solo en autores si no en coordinadores y directores de una publicación.

Como los derechos de sus personajes los tenía Bruguera, tuvieron que crear otros nuevos.

 Todos ellos crearon series pensadas expresamente para Tío Vivo , a excepción de Conti, que cambió el título de Apolino Tarúguez y su secretario al de Tarúguez y Cía., conservando los mismos personajes y situaciones.

 En Lolita y Enrique se van a casar, Giner hablaba de los problemas de una pareja de novios antes de la boda;

 Peñarroya, por su parte, volvía a ejercer una sutil crítica sobre la familia de clase media enLa Familia Pi.

 Cifré creó un nuevo personaje incauto y enamoradizo en Golondrino Pérez.

 Escobar apostó por una punzante visión de las antiguamente conocidas como porteras de las fincas en Blasa, portera de su casa.

Había chistes sueltos, diferentes secciones de textos, chistes gráficos y literarios y Durante esta primera etapa de Tío Vivo, la contraportada ofrecía chistes sueltos de personajes concretos, como Olimpio (Peñarroya), el caco Bonifacio (de Enrich, que pronto se convertiría en una serie de historietas), Raskalana (Pañella), el profesor Tenebro (Escobar), Fortunato y su perro (Conti) o Rosalía (Cifré).


Total, que el sueño duró apenas un año y salvo Giner, los otros cuatro volvieron al redil “brugueriano” donde se les esperaba (no se podía desperdiciar tanto talento) retornando a sus mesas de dibujo y a sus personajes, los antiguos y los creados para “Tío Vivo”

Todo ello, más la Barcelona de los años 50, lo plasma maravillosamente Paco Roca en su novela gráfica que si eres admirador de Bruguera y su mundo, no te dejará indiferente.

En definitiva un compendio de todas las personas que fueron importante en la Editorial en esa época y un magnífico texto del "gurú" de los estudios sobre Bruguera: Antoni Guiral. 


Portada y contraportada del libro.



Las personas y sitios vienen muy bien explicados.



Anuncios del nuevo proyecto. (Estos no están en el libro)



Editorial Bruguera y sus camiones de reparto.



El "final" de Rafael González en 1979




Escobar, reflexionando.








Rafael González corrigiendo originales.







La Barcelona de los años 50.